El mes de diciembre siempre acelera la dinámica social en todos sus aspectos, teniendo como factor de mucha influencia la prensa televisiva, radial, y las más modernas.
En medio de tanta agitación propia de temporada; durante 22 años se ha suscitado un fenómeno de fe que se ha consolidado en medio de todo lo que es el mes de diciembre: el surgimiento de la Hermandad de Misioneros y Misioneras laicos Afro. El 17 de diciembre está entablado como la fundación de la Hermandad Misioneros Afros desde 1997.
Comprendiendo la Hermandad Misioneros Afros
Nace luego del proceso formativo, reflexivo y de oración muy serio y estratégico de la misión en barrio de los Negros en el Guayaquil de 1997 y siguientes. Orientación recibida por Misioneros Combonianos dedicados a tiempo completo Centro Cultural, para los asuntos de Pastoral Afro. Pues bien, en la línea del tiempo pastoral los Misioneros Afros laicos están conformados por hombres y mujeres del pueblo que conocen la realidad y sobre todo los gestos de nuestra gente; entiéndase los gestos como todo el sistema comunicacional de agrado y de desagrado de nuestro pueblo Afro; lo que le afecta en verdad y lo que le dignifica en verdad.
En este caminar de reflexión lo fundamental era desarrollar un sentido de pueblo, -no solo desde el aspecto sociológico- sino de fe y amor impulsado por el libro del Éxodo y la cita legendaria; “He visto la humillación de mi pueblo en Egipto (…) y estoy bajando para liberarlo”, esta fórmula orientada en su aplicación pastoral, abre el camino de empoderarse y/o empoderarnos desde adentro de nuestros barrios, y familias- creando mecanismos de participación a escala barrial, comunitaria, inter-barrial de la conservación de los valores cristianos, y los valores Afros desde nuestra identidad auténticamente Afro. Para llegar a lo que establece Jesús: “He venido para que tengan vida en plenitud”, caminar y conducir a miembros del pueblo afro para que aprendan y despierten el sentido de ser pueblo desde la fe cristiana en un ambiente social como Guayaquil.
Ocasión para renovar el compromiso
Se ha desarrollado un hábito, generalmente siempre buscamos tener 2 o tres retiros anuales de re-animación del compromiso, y hasta a veces 1 oficializado en el día de Pentecostés donde se reflexiona y renueva dicho sentir. En la actualidad estamos acercándonos a la final de un estado de discernimiento para asumir nuevas etapas de este caminar; innovando, recreando, pero conservando la esencia de nuestra Naturaleza y misión.
Por ello, en diciembre se renovó el juramento de seguir siendo Misionero (a) Afro, esto no es solo un aspecto afectivo emotivo sino trasciende en nuestras políticas pastorales; en conforme y armonía a la constitución y estatutos de la Hermandad reconocidos por la Arquidiócesis de Guayaquil.
Esta renovación no solo queda en la cronología del día celebrado 29 de diciembre, sino trasciende a todos sus miembros al equipo del directorio que tiene el reto de conducir la dinámica de la Hermandad Misionera este año.
La primera generación
Contamos con la mayor parte de los miembros considerados los pilares de esta propuesta de fe laical organizados en esta asociación, aparte de Bernardo y América Nazareno que están en el Norte de Esmeraldas (Borbón 4 horas canoa al interior del río San Miguel Negro). Todos contentos y convencidos de los que hemos hecho los últimos 18 a 20 años y de por vida queremos seguir haciendo. Enfatizando la importancia de consolidar un sistema de dinámica de la Hermandad y lo importante de volverla atractiva para otro tipo de integrantes.